Impresión 3D: ¿Una solución para los componentes electrónicos obsoletos?

La gestión de los componentes obsoletos y al final de su vida útil es un reto constante y creciente para la industria electrónica. Sin embargo, la aparición de la tecnología de impresión 3D ofrece una solución potencial que algunos están explorando como nuevo método para gestionar la obsolescencia.

Breve historia de la impresión 3D

La impresión 3D, que se remonta a los años 80, fue inventada por el Dr. Hideo Kodama cuando se desarrollaron los primeros sistemas de prototipado rápido. Desde entonces, esta tecnología ha avanzado rápidamente, permitiendo la creación de objetos tridimensionales complejos con precisión y eficacia. Utilizada inicialmente para la creación de prototipos, la impresión 3D se ha convertido en un método viable para la fabricación de una amplia gama de aplicaciones, como la creación de prototipos, la construcción, los aficionados domésticos y las piezas electrónicas.

Componentes electrónicos impresos en 3D

Un avance significativo en este campo se produjo en la Universidad de Duke, donde unos investigadores imprimieron con éxito en 3D un circuito integrado (CI) reciclable utilizando una combinación de materiales conductores y aislantes. "Los componentes informáticos basados en el silicio probablemente nunca desaparecerán, y no esperamos que la electrónica fácilmente reciclable como la nuestra sustituya a la tecnología y los dispositivos que ya se utilizan ampliamente", afirma Aaron Franklin, catedrático Addy de Ingeniería Eléctrica e Informática de Duke. "Pero esperamos que, al crear nuevos componentes electrónicos totalmente reciclables y fáciles de imprimir, y demostrar lo que pueden hacer, se generalice su uso en aplicaciones futuras".

Según Transparency Market Research, se prevé que el mercado de la electrónica impresa en 3D experimente un crecimiento notable. Para 2031, se espera que los ingresos del mercado superen los 6.000 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 31,26% entre 2021 y 2031. Este crecimiento refleja el creciente reconocimiento del valor y el potencial de la impresión 3D en la industria electrónica. Mientras que la Universidad de Duke se centra en los componentes reciclables, la cuestión sigue siendo si la impresión 3D puede utilizarse para componentes obsoletos.

Ventajas de la impresión 3D de componentes obsoletos

La impresión 3D de piezas obsoletas tiene el potencial de permitir una mayor flexibilidad y resistencia. Puede permitir la producción de componentes personalizados, con diseños únicos y adaptaciones a requisitos específicos. Este nivel de personalización es especialmente beneficioso cuando se obtienen componentes obsoletos o al final de su vida útil que ya no están disponibles a través de las cadenas de suministro tradicionales. Otra ventaja es que la impresión 3D ofrece plazos de entrega reducidos, lo que permite una producción y un despliegue rápidos de las piezas de repuesto. Esta agilidad es crucial en sectores en los que el tiempo de inactividad debido a la obsolescencia de los componentes puede acarrear importantes pérdidas económicas.

¿Es una opción realista?

Aunque la impresión 3D ofrece soluciones prometedoras, varios retos clave impiden que sea una opción viable para gestionar la obsolescencia. La compatibilidad, la complejidad del diseño y el rendimiento eléctrico son las principales preocupaciones a la hora de considerar la impresión 3D como una opción. Muchos componentes requieren materiales específicos con una conductividad eléctrica, propiedades térmicas y resistencia mecánica precisas. Por no hablar de los intrincados diseños, tolerancias y acabados superficiales. Cumplir estos requisitos es una limitación actual de la impresión 3D que resulta esencial para el éxito de la producción de componentes.

Luego están las consideraciones sobre propiedad intelectual y licencias. Las patentes o marcas registradas pueden proteger muchos componentes de los fabricantes, lo que podría restringir su reproducción mediante la tecnología de impresión 3D.

Por último, aunque la impresión 3D puede ser una solución rentable para producir pequeñas cantidades, no siempre es viable económicamente para la producción a gran escala. El coste de los materiales de impresión 3D, los equipos y el posprocesamiento puede ser superior al de las opciones de abastecimiento tradicionales.

Adopte un enfoque tridimensional de la gestión de la obsolescencia

Aunque la impresión 3D de componentes obsoletos puede ser todavía una realidad lejana, adoptar un enfoque tridimensional para gestionar la obsolescencia sigue siendo una manera de asegurarse de tener una cadena de suministro resistente. Trabajar con un socio estratégico de la cadena de suministro, como Converge, le ofrece tres pilares clave para las soluciones de la cadena de suministro: gestión de riesgos, rendimiento y optimización. El futuro de la gestión de la obsolescencia de Converge proporciona los datos de mercado, el análisis y las relaciones necesarias para abastecerse de las piezas críticas, de calidad y posteriores al fin de su vida útil que necesita para mantener la producción en marcha.

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